Un poco de historia

Brea de Tajo, es una pequeña localidad que se encuentra en el sureste de la Comunidad de Madrid a unos 70 km. de la capital, limitando con Cuenca y Guadalajara, antiguamente su vida giraba en torno al olivo, cereal, viña y zumaque.

Enclavado dentro de la comarca con mayor número de oli­vos de la CAM, es una importante zona de producción del bien llamado «oro líquido» El paisaje aparenta ser un mar en calma, donde sus aguas verdosas vienen mar­cadas por estos longevos árboles.

El olivo ha tenido una importante presencia en nuestra localidad desde hace muchos siglos. Hay constancia de que ya en el siglo XIII la Villa de Brea se dedicaba a la ganadería y a la agricultura, siendo el olivo, traído por los musulmanes, una de las fuentes de trabajo y forma de vida del pueblo.

Un poco de historia

La Almazara, hoy rehabilitada y convertida en Museo, es la única existente de los varios molinos de aceite que existieron en nuestra localidad. Estuvo en plena producción hasta 1967, año en el que se fundó la cooperativa aceitera de la Región Centro de España «RECESPAÑA».

Sus comienzos no están muy definidos en el tiempo, pero se tiene indicios de que ya funcionaba en el siglo XIX.
A lo largo de su historia fue objeto de dos importantes reformas, la primera de ellas en 1928 donde fue sustituida la tracción animal por motores eléctricos. Y en 1954, se montó la batidora, se añade un nuevo molón a los dos ya existentes y se realiza la reestructuración de la sala tal cual está en la actualidad.

¿Qué es una almazara?

La Almazara es un molino donde se exprime la aceituna para la obtención del aceite, del que se desprende un peculiar aroma. El edificio debe contar con el equipo necesario para la elaboración de dicho producto.

La almazara era el lugar de encuentro de la gente de la villa en los primeros meses del año, cuando después de un largo día de recogida de la oliva, se llevaba allí la materia prima para venderla o cambiarla por producto ya fabricado. El aceite era para la mayoría de los habi­tantes de la villa el único patrimonio que poseían, y en cierto modo, su vida giraba en torno a él y al cultivo de su fruto.

Se ha conservado el cuerpo principal del edificio, reconstruyendo el resto del inmueble al más estilo autóctono.

La techumbre ha sido construida en madera con impresionantes cerchas vistas desde la planta baja, conservando la vieja teja árabe para el tejado. Contamos con una balconada en la planta superior donde se puede observar la maquinaria del molino desde otra perspectiva.

La maquinaria y el resto de componentes fijos y móviles que integran nuestro Museo han sido rehabilitados con todo nuestro cariño; al igual que los acabados y la decora­ción, cuidada al máximo, con el único objetivo de ser del agrado de nuestros visitantes.

¿Cómo es nuestra Almazara?

¿Qué tiene nuestra Almazara?

Hoy sigue siendo lugar de encuentro, pero no sólo de la gente amante del campo, sino de todas aquellas personas con inquietud por aprender, conocer, ver, o simplemente compartir momentos entrañables en nuestro Museo.

El alma del edificio sigue siendo la sala del molino don­de podemos contemplar las muelas de moler, batidora, prensa, caldera, motores y los tinillos para la decanta­ción del aceite. Pudiendo seguir el proceso completo de la producción del aceite, desde que la oliva entra en la Almazara hasta que el aceite es apto para el consumo.

En la Almazara tenemos expuestos de manera permanente un amplio número de objetos de nuestros antepasados (carro de tracción animal, aventadora, trillas, aperos agrícolas y ganaderos, entre otros). También contaremos con muestras eventuales de enseres relacionados con el mundo rural.

Disponemos de una sala de producción y otra para talle­res (consultar actividades anverso) con capacidad para treinta personas cada una.
Instalaciones adecuadas para personas con movilidad redu­cida, incluido aseo.

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